sábado, 4 de enero de 2014

RAFAEL RAMÍREZ BLANCO, PINTOR NACIDO EN ARJONILLA, HA EXPUESTO SU OBRA EN VALENCIA

      En esta ocasión nos vamos a referir a un arjonillero poco conocido en su pueblo debido a que hace ya bastantes años que se marchó. Se trata de Rafael Ramírez Blanco, nacido en abril de 1950 en el número 5 de la calle Tercia, actualmente Juan XXIII, enfrente de la sacristía. Sus padres eran Sebastián Ramírez Sanz y Rosario Blanco Zafra.
     Desde hace algún tiempo teníamos intención de hacer referencia a él en este blog, hecho que se vio reforzado hace unas fechas al ver una referencia sobre su obra en el diario EL PAÍS del día 15 de noviembre.
    

La escritura plástica de Ramírez Blanco recorre las paredes de la Muralla

44 años de' Pinturas y dibujos' del artista y diseñador se muestran el Rector Peset de Valencia

El diseñador, el pintor, el grafista, el dibujante, el ilustrador, el publicista. Las distintas miradas de Rafael Ramírez Blanco  (Arjonilla, 1950) se clavan desde este jueves en las paredes de la Sala la Muralla, en el Colegio Mayor Rector Peset de Valencia, para mostrar trabajos de los últimos 44 años de este autor agudo y sereno, valenciano de Jaén, selecto y poco propenso a exponer.

Como subraya el director del colegio, Salvador Albiñana, "por primera vez rompe la convención de la obra reciente y muestra trabajos fechados entre 1969 y 2013, en un modo de afirmar que se mantienen las preocupaciones en torno a los problemas de la representación, del uso equívoco de los códigos y los signos de la percepción visual".

Apunta Albiñana el hilo de continuidad que hay entre un retrato de mujer de 1969 y la Madonna de 2013 que marcan los hitos cronológicos de la exposición de la Muralla. Y recuerda  que en los años setenta predominaron en Ramírez Blanco los textos, las ilustraciones y los grafismos, los tres ingredientes del título de la muestra que Val i 30 acogió en 1975 y que se prolongarían en 1980, la exposición colectiva de la galería Juana Mordó de Madrid que, decía Roman de la Calle, "intentaba apostar por las individualidades más prometedoras del momento".

Interesante es descubrir que el trabajo de Ramírez Blanco en los setenta y primeros ochenta interesó a Vicente Todolí y a Juan Manuel Bonet hasta el punto de programar una muestra suya para el IVAM, que al final no fue. "En el Instituto Valenciano de Arte Moderno no tardaría en acabarse la diversión", advierte irónico Albiñana. "Llegó Kosme y mandó parar". 

Pero da igual, total, ahora. En esta exposición del Rector Peset está todo Ramírez Blanco, o lo está en apariencia, porque a veces las cosas no son lo que parecen, o acaban por ser otra cosa de lo que se preveía. Lo que hay a la vista y en distintos formatos, lo expresa con hermosas palabras salvador Albiñana: "Pinturas y dibujos en los que se reitera la escritura, el fluir y el engaño de las formas y la posibilidad de que un texto, o su huella, acabe siendo también una mano".

La mano de Ramírez Blanco escribiendo sobre las paredes de la Muralla.

Justo es recordar con ocasión de esta, digamos, muestra antológica, que la mano de su protagonista  ha hecho que muchas exposiciones de otros lucieran más todas sus posibilidades gracias a sus buenas artes como exquisito diseñador de espacios expositivos.