Esta tarde ha tenido lugar el tradicional entierro de la sardina, rito dentro del carnaval que indica la finalización del mismo y el inicio de la cuaresma. Un cortejo fúnebre no muy concurrido ha salido de la Casa de la Cultura y tras un recorrido por varias calles arjonilleras sea dirigido hacia la Plaza de la Encarnación donde un año más se ha procedido a la quema de la sardina. Se dice así un adiós al tiempo pasado y se inicia uno nuevo, la cuaresma.
Si el cortejo era reducido, sin embargo en la Plaza de la Encarnación si esperaba su llegada un bien número de personas.
Una vez la sardina estaba bajo el fuego, los concurrentes a este festejo han podido degustar un vaso de un caliente y gustoso chocolate que había preparado Luis del Castillo, que a pesar de que la tarde ofrecía un ambiente agradable y no hacía frío, sentaba muy bien. Había disponible chocolate para 600 vasos de 200 cc, habiendo quedado muy poco.
Aunque se dice que este acto supone el final de la fiesta de carnaval, aún nos queda la celebración del domingo de piñata del que podremos disfrutar el próximo domingo día 9 con el lanzamiento y rotura de cacharros, costumbre que dio origen a las actuales piñatas que solemos ver en los cumpleaños y otros festejos.
