martes, 12 de agosto de 2014

EL PERRO DE SAN ROQUE: ¿GUINEFORT, MELAMPO Ó GOZQUE?

      La imagen de San Roque siempre se ve acompañada de su
inseparable perro, su fiel amigo. Lo más extendido sobre este animal es la parte del trabalenguas que dice "El perro de San Roque no tiene rabo porque Ramón Ramírez se lo ha cortado." No obstante este perro tiene una gran importancia en la vida de San Roque, llegando incluso a ser santificado.
     En alguna de las ocasiones en las que realicé visita a Pedro Montoro, hace ya algunos años, cuando realizaba las imágenes de nuestro patrono, me preguntó si conocía el nombre del perro de San Roque, a lo que le respondí negativamente porque la verdad es que nunca me había ocupado de ello. Entonces me informó que había llegado a conocer el nombre del perro a través del autor del trono con el que actualmente procesiona San Roque.
 

     Me facilitó el libro FIESTA Y RITO EN LA EUROPA MODERNA, de Edward Muir, Profesor de Historia en la Northwerstern University y especialista en historia del Renacimiento italiano.
     En la página 20 y 21 el autor del libro hace referencia al perro de San Roque al que llegaron a denominar San Guinefort.
      Según este autor, GUINEFORT era un perro de intachable fidelidad. Cuando San Roque mientras curaba a los enfermos contrajo la peste, estuvo a las puertas de la muerte, Guinefort le llevaba comida hasta que se curó.
     Otros autores recogen que su dueño era Gottardo Pallastrelli, hombre acomodado que comenzó a ver como su perro cogía pan de la mesa y abandonaba la casa. Decidió seguirlo y así descubrió que le llevaba el pan a San Roque, a quién se llevó a su casa para cuidarlo.
      Una vez curado, San Roque volvió a Montpellier y acusado de espionaje fue encarcelado, muriendo en la cárcel, posiblemente en 1378.

     Después de morir San Roque, Guinefort fue sacrificado por un

 padre, que al ver la cuna de su hijo volcada, creyó que el perro había matado al bebé, cuando en realidad el perro había defendido a la criatura del ataque de una serpiente venenosa. A partir de ahí, San Guinefort se convirtió en el centro de un culto encaminado a curar a los niños enfermos: el perro había confiado más en los humanos que éstos en él. El culto a un perro santificado sería ridiculizado por las autoridades protestantes y suprimido discretamente por las autoridades católicas ilustradas, la hagiografía de Guinefort representaba los sentimientos de ansiedad que invadían a los seres humanos, pensando que los niños necesitaban toda la ayuda médica, mágica y espiritual que pudieran conseguir.
     Sin embargo, otros autores dan otros nombres a este perro. Uno de ellos es el de MELAMPO. En la localidad gaditana de San Roque existe una Sociedad Protectora de Animales con la denominación de Melampo, precisamente en honor al perro de San Roque.

     Ildefonso Rueda Jándula en su libro "SAN ROQUE, Patrón de Arjonilla", le denomina GOZQUE. En las búsquedas sobre este nombre sólo he encontrado que gozque es un perro callejero sin raza definida o pedigree, pequeño, ladrador, inteligente y astuto.
     Sea cual sea el verdadero nombre del perro de San Roque, eso es lo de menos, lo que sí tenemos que recordar es la importancia de este animal que cuidó de nuestro querido patrón San Roque consiguiendo su curación tras la intervención de su amo.