martes, 11 de agosto de 2015

NOVENA AL GLORIOSO PATRÓN SAN ROQUE. 5º DÍA

QUINTO DÍA DE NOVENA AL GLORIOSO PATRÓN SAN ROQUE
 
 

 
 

 

Oración para todos los días
Omnipotente Dios y Señor de los cielos, en cuyas manos está la salud y el remedio, la muerte y la vida y para que se conserven los hombres en ella, y sanen de sus enfermedades todas, no solo pusiste tantas virtudes en las yerbas y plantas, sino que a tantos y tan diversos de tus santos, constituiste especiales abogados, contra tantas y tan diversas enfermedades, como a las que vivimos sujetos los hombres; y en especial, concediste, al bienaventurado Sr. S. Roque, fuese protector contra todo género de enfermedad epidémica y contagiosa; lo cual, el mismo santo, estando para morir, tocado del contagio, os pidió y vuestra majestad le concedió, según se vio en la lámina, que milagrosamente se halló junto a su santo cadáver luego que expiró, en que decía: “Los que fueren heridos de peste, e implorasen el favor de Roque, alcanzarán salud”. Yo os suplico y humildemente os ruego, que pues tu dijiste, que primero faltarían los cielos y la tierra, que tu santísima palabra faltase, por que la diste al bendito Sr. S. Roque, y por aquella gran caridad con que asistió a los apestados de Roma, Acuapendente, Cesena y Plasencia, atendáis a los pueblos de nuestra España, para librarnos ahora y siempre de todo contagio y epidemia; no solo Señor te pido nos libres del que amenaza a los cuerpos, si que también del que mata las almas, que es la culpa, librando la mía y la de todos los católicos, del de las herejías y malas doctrinas, cuya infección debemos temer, como castigo, el de la pestilencia, y otros de su santísima justicia: lo cual Señor, te pido en esta novena, junto con la salud de nuestros católicos reyes y de la cabeza visible de la Iglesia, nuestro Pontífice N. Exaltación de nuestra santa fe católica, y a mí gracia, para hacer esta novena, con aquella disposición, que sea más agradable a vuestros santos ojos: a ti, Señor, que con el Eterno Padre y el Espíritu Santo, vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Ahora se rezan cinco Padre Nuestros y Ave Marías gloriados en memoria de los cinco años que estuvo preso el Santo.

 
 
Oración para el día quinto
 
Incomprensible Dios de las alturas, que a los que más amas, a esos les envías los regalos de las tribulaciones y trabajos, para purificarlos como el crisol: Tú, Señor, que quisiste al bendito Sr. S. Roque, no solo darle enfermedades y calenturas rigurosas, sino que con una saeta fuese traspasado un muslo, para que como blanco de vuestro amor pudiese decir, que lo era de vuestras amorosas saetas, y por este medio, le preservásteis de las saetas y contagios, de vanidades y estimación propia, en que podía caer por verse tan estimado y aplaudido. Yo te suplico, Dios y Señor mío, por aquel agudísimo dolor que sintió vuestro siervo, y siempre le quedó de aquella penetrante herida, y por todas las aflicciones que en este tiempo padeció; me concedáis a mi y a todos los pueblos de España que seamos preservados de la rigurosa saeta de la peste y del temeroso dardo del contagio, no solo Señor en los cuerpos, si que también de toda vanidad y soberbia, que es el de las almas; y que no hagamos caso de nuestra propia estimación, sino para conocer nuestra miseria, que somos polvo y ceniza, y que nos humillemos y aprendamos de este bendito Santo a ser pacientes humildes y a conformarnos con todos nuestros trabajos y ofrecerlos de todo corazón a ti, Señor, que con el Eterno Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.
 
 
 
Gozos al Señor San Roque
Roque que con dulce amor, serviste al desvalido,
Al enfermo y afligido dispensad vuestro favor.
 
1.-Pisando mundanas glorias, por Jesús te hiciste pobre y porque todo te sobre su cruz sólo es tu memoria: Oh corazón encendido en el celestial fervor.
 
2.-Todo el fausto reduciendo a un bordón y a una esclavina, tu ardiente celo camina en ir al pobre sirviendo, siempre en Dios embebecido por caritativo amor.
 
3.-De Roma y toda su tierra, de la cruz con la señal, la pestilencia mortal vuestro celo la destierra, favor que os ha concedido el divino redentor.
 
4.-Partiste luego a Plasencia en busca del apestado, y con tu amor y cuidado desechó toda dolencia, aquí saliste herido de una saeta al rigor.
 
5.-Libre ya de este accidente, volviste a vuestro estado, y fuiste aprisionado por vuestra vasalla gente, esta afrenta habéis sufrido con un cristiano valor.
 
6.-En la prisión ultrajado, dando ejemplo de paciencia, a la Divina clemencia rogáis por el apestado, no habiendo descaecido de caridad tu fervor.
7.-Al cabo de cinco años de tan bárbara prisión, vos estando en oración del mundo y de sus engaños, Dios te ha sacado y subido al cielo por morador.
 
8.-Ya conocido de cuantos fueron causa a tu prisión, te rinde veneración desechos en tiernos llantos, porque ya han reconocido tu santidad y su error.
 
9.-Sednos pues, Roque glorioso, defensor de todos males, pues entre angustias mortales os aclamamos piadoso, escuchad nuestro gemido y aliviad nuestro dolor.
 
V/ Ruega por nosotros San Roque
R/ Para que seamos dignos de las promesas de Nuestro Señor Jesucristo
 
ORACIÓN FINAL

Dios que prometiste al bienaventurado Roque, que el que le rogase no sería tocado de género alguno de peste, cuya gracia y favor tan singular se lo comunicaste por conducto de un Ángel escrito en una tabla: Te rogamos, Señor, nos concedas a los que le tributamos alabanzas, e interponemos sus méritos y ruegos, seamos libres de la mortífera peste de alma y cuerpo: por Jesucristo Nuestro Señor que vive y reina por todos los siglos de los siglos. Amén.