lunes, 15 de febrero de 2016

EL TAMBOR DE LOS PREGONES ARJONILLEROS

     La presente publicación espero traiga bastantes recuerdos a los arjonilleros que vivieron en los años en los que se utilizaba el instrumento que aparece en la imagen siguiente.
     Se trata del último tambor utilizado por el Ayuntamiento de Arjonilla para la proclamación de los bandos o pregones por las calles del pueblo. Recordaremos que hasta hace algunas décadas, existía en los pueblos la figura del pregonero, persona que transmitía de viva voz los acuerdos que el Sr. Alcalde quería hacer llegar a sus vecinos. En Arjonilla se colocaban los bandos y algunos acuerdos del Ayuntamiento en una pizarra que había junto a la cartelera de cine en la pared del actual Hogar del Pensionista que da a la actual Avda. de Andalucía, pero cuando se quería asegurar que la información llegase a todos los vecinos, se hacía pregonando.
     El último pregonero fue Roque Nevado, conocido popularmente como Roque "Marcos", que era vecino mío de calle pues vivía en la calle Batalla de Bailén en la zona de abajo en las proximidades de la Albarrá. Roque llevando el tambor recorría las calles del pueblo y deteniéndose en las esquinas. Una vez parado en ellas procedía a tocar durante unos momentos el tambor para llamar la atención de los vecinos que ya conocían el tono del tambor y salían a la calle para escuchar el aviso que se le quería hacer llegar. Iba acompañado de un municipal que llevaba en la mano el bando del Alcalde y que iba leyendo en voz baja para que lo oyese Roque, que posteriormente lo repetía en voz alta para que pudiese llegar al oído de los interesados. Recuerdo que siempre comenzaba así:
      - De parte del Sr. Alcalde
      - Se hace saber
      - Que ....
 
     Y a continuación se exponía el comunicado que se quería llegase al conocimiento de todos. Por ejemplo, en estos tiempos uno de ellos podría ser comunicando el lugar donde se compraba la aceituna procedente de la rebusca. O en las proximidades de fiestas que los vecinos procediesen al encalado de las fachadas de sus casas.
     Yo siempre los escuchaba en la esquina de confluencia de las calles Reyes Católicos y Batalla de Bailén, desde donde se trasladaba normalmente a la zona de los Reyes para hacer la siguiente parada.