viernes, 11 de marzo de 2016

LA FAMILIA ARJONILLERA ÚBEDA CARDEÑA

    El pasado 9 de febrero publicaba en estas páginas una fotografía de trabajadores de la almazara García Morón delos años 60 en la que aparecía en quinto lugar de izquierda a derecha (marcado aquí con una línea verde) Pedro Úbeda Lara, en el que se había indicado por error un apellido diferente al suyo. Una hija suya, Mª Roque, se puso en contacto conmigo para indicarme el nombre correcto y así llevé a cabo la oportuna corrección. 






      De momento me vino una idea que le transmití a Mª Roque y era que aprovechando el haber tenido este contacto, que si veía bien mandarnos información acerca de su familia para que los arjonilleros pudiésemos tener testimonios de una familia que como otras muchas se marchó del pueblo en busca de mejores perspectivas de trabajo. Mª Roque mostró de momento una gran disposición y a través de varios correos me ha ido mandando información y fotografías sobre su familia, por lo que le expreso mi más sincero agradecimiento. Yo podría haber realizado la redacción sobre ello pero creo que en este caso, lo mejor es poner el mismo texto que ella me ha enviado porque creo que yo no podría hacerlo mejor y además se trata de una información directa y de primera mano de una protagonista de los hechos que aquí quedan recogidos. Sirva esto como pequeño homenaje a esta familia que tuvo que sacrificarse y abandonar sus raíces para encontrar una vida mejor. Y aunque de muy poco valor, pero con un gran sentimiento y sinceridad, quisiera hacerlo extensivo a todas aquellas familias que en un momento dado hicieron lo mismo que la familia Úbeda Lara.
     A continuación se inserta el texto remitido por Mª Roque (por cierto, el nombre no puede ser más arjonillero) sobre su familia que estoy seguro os va a gustar. Sobre el mismo he ido insertando las fotografías también enviadas por ella:

"Mis padres se llaman Pedro Úbeda Lara (nacido en octubre de 1.936)  y Manuela Cardeña Nevado (nacida en marzo de 1940). Los dos nacidos en Arjonilla.
Contrajeron matrimonio religioso en la iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación de Arjonilla el día 11 de octubre de 1.963.
 
Mi padre es el menor de 6 hermanos y mi madre la mayor de 6 hermanos. Mis abuelos paternos se llamaban Juan (fallecido en la posguerra) y María Roque (fallecida en el año 1975). Mis abuelos maternos se llamaban Antonio (fallecido en 1.981) y Manuela (fallecida en 2.002).
     De mis abuelos paternos únicamente conocí a mi abuela María Roque, pero falleció cuando yo era pequeña, en enero de 1.975. De mis abuelos maternos, como fallecieron más tarde, he tenido la suerte de haberlos conocido con más profundidad. Vivían en la calle de “las Erillas”, como se decía antiguamente, actualmente llamada Antonio Pérez de Jaén.
 
Antonio y Manuela, abuelos maternos,
 con Antonio en brazos el día de su bautizo en Getafe en 1975

      De los hermanos de mi padre a día de hoy únicamente vive mi tío  Paco, hermano de mi padre y su mujer, mi tía Isabel, en una casa que está situada en el “cerro las cabras”, como se dice popularmente en el pueblo a esta calle, esquina a la calle Zafra. El resto de hermanos y hermanas ya fallecieron porque todos eran mayores que mi padre. Los hermanos fallecidos de mi padre que han vivido en Arjonilla se llamaban Miguel y Dolores. Sus hijos e hijas viven algunos en Arjonilla y otros fuera de ella. Otro hermano de mi padre, también fallecido, se llamaba Juan, y vivió en La Carolina.  También falleció una hermana de mi padre muy joven en la posguerra que se llamaba Paca. Mi abuela paterna se quedó viuda muy joven y tuvo que sacar adelante a todos sus hijos. Mi padre nos contaba que su padre y su hermana Paca fallecieron en el mismo año, en poco tiempo y que él era un niño cuando ambos fallecieron. De siempre he oído que mi abuela María Roque ha sido una mujer muy trabajadora, lo mismo que todos los hermanos y hermanas de mi padre. Mi padre nos contaba que su madre iba todos los días a Andújar andando a comprar pescado y luego lo vendía en Arjonilla, para sacar adelante a sus hijos.
      La casa de mis abuelos maternos, que aún la conservamos, aunque está cerrada y deteriorada, ha sido en el pasado una casa muy vivida, de intensa vida familiar, de puertas abiertas a todo el mundo. En la casa de más abajo vivía un hermano de mi abuela Manuela, llamado Cristóbal, con su mujer llamada Ana María e hijos y además los padres de mi abuela (mis bisabuelos, llamados Miguel y Ana) en la casa de más arriba que eran dueños de un pequeño tejar familiar situado en dicha calle. A mi bisabuelo Miguel le apodaban de mote “Boleros”. El tejar era una parte del sustento económico del entorno familiar. Además, en lo que respecta a mi abuelo Antonio trabajó durante mucho tiempo como “capataz” en el campo y siempre la cuadrilla de trabajadores que iba con él entraba en su casa y nos contaba que cuando les pagaba las peonadas solían tomarse un “chato de vino” en la mesa, sentados, manteniendo algún tipo de conversación.
      Durante algunos años y antes de que “abandonasen el nido”, como se dice, los hijos de ambos matrimonios prácticamente se criaron juntos, muy unidos, casa con casa, surgiendo una vida familiar muy rica e intensa aunque con estrecheces económicas porque fueron años muy duros. Muchas travesuras y anécdotas que a día de hoy mi madre las recuerda y nos las cuenta en muy buenas condiciones, con mucha frescura.
      Pero también lamentablemente, mis abuelos maternos han tenido que vivir en vida el fallecimiento de 2 de sus hijos muy jóvenes. Uno en 1958, en un accidente ocurrido en el “Albarrá”, en Arjonilla (mi tío Miguel), y otro en 1978, en un accidente de trabajo en Madrid (mi tío Juan).
      Por parte de abuelos la única persona que sigue quedando viva afortunadamente es mi tía Francisca (Kika como la llamamos en familia), hermana menor de mi abuelo Antonio, padre de mi madre. Su marido, ya fallecido, se llamaba Francisco Ruz, familiarmente llamado “Kiko”. Durante los años que vivimos en el pueblo ellos vivían en la calle Zafra, en la misma acera que la casa de mis padres. Éramos vecinos, además de familia. Mis tíos fueron para mi madre como unos segundos padres. Gente buena de corazón y profundamente familiar.

De izquierda a derecha: Loli Díaz, Francisca Cardeña, Paquita Álvarez y Mª Roque Úbeda.
Abajo sentados: Manuela Cardeña y el joven, Juan Miguel Úbeda.
                              
      Cuando se casaron mis padres se fueron a vivir a una casa que compraron en la calle Zafra, número 19, de Arjonilla. Tuvieron 3 hijos. Yo, que soy la mayor, nací en julio de 1965 en Arjonilla y asistió a mi madre en el parto una señora que era en ese momento la partera del pueblo, que se llamaba “Doña Josefa”. Mi hermano Juan Miguel, nació en enero de 1.968 y mi hermano Antonio, nació en abril de 1.975. Ambos nacieron en la clínica de Santa Cristina, en Madrid.
 
Mª Roque, Juan Miguel y Antonio Úbeda Cardeña
Móstoles, 1976

 
 

     Mi padre ha trabajado mucho desde muy pequeño. Era el menor de los hermanos cuando falleció su padre y su madre se quedó viuda muy joven. Nos contaba que su infancia fue muy dura, de muchas carencias. Su madre, como he comentado antes, tuvo que sacarlos a todos adelante con su esfuerzo y trabajo. Nos decía que sus abuelos por parte de su madre tenían algunos posibles pero que tuvieron que malvenderlos sobre todo por comida, en la posguerra. De hecho él nos narraba el repique continuo y constante de las campanas de la iglesia del pueblo por las personas fallecidas y dependiendo del tipo de repique se sabía si el fallecido era niño o adulto. El repique era diario. Había personas que se morían de hambre porque no había alimentos que comer. Años muy duros. Pero afortunadamente fueron puntualmente esos años de la posguerra. Luego a medida que pasaron los años la situación económica familiar empezó a mejorar.
      Ya casado con mi madre, trabajaba de obrero en la fábrica de “Los Morones”: En la fábrica de aceite en invierno y en la fábrica de ladrillos en verano. En octubre de 1974 mis padres decidieron marcharse definitivamente a vivir a Madrid, aunque con anterioridad estuvieron durante algún tiempo viviendo en Madrid. De hecho mi hermano Juan Miguel nació en Madrid y luego se volvieron de nuevo al pueblo.
      De la casa de mis padres del pueblo recuerdo sobre todo un bidón de aceite muy grande que lo teníamos ubicado en un hueco entre el zaguán de la planta baja y la escalera de subida a la primera planta de la misma a modo de objeto decorativo antiguo. Teníamos colgado en la pared muy cerca del bidón una especie de cucharón largo metálico para sacar el aceite y destinarlo al consumo de ese momento. Además, mis padres criaban animales, en la “cuadra” de la casa, que así se llamaba antes, entre ellos un cerdo. Recuerdo la matanza del cerdo como un día espantoso para mí porque me daba miedo matar al animal que le habíamos tomado cariño durante su crianza y ver mucha sangre. Recuerdo mucha gente en casa para asistir a la matanza. Yo me salía de la casa y volvía cuando había pasado todo.
      Además en casa teníamos en “la cámara”, como se decía antes a esa zona de la casa destinada a la despensa o similar, productos de la tierra que mis padres sembraban y recogían de un terreno que tenían (ajos, patatas, etc.) y de la matanza del cerdo (chorizos, jamones, etc.). Comíamos en abundancia y muy sano algo que ahora lamentablemente no podemos decir con absoluta certeza porque no sabemos en ocasiones lo que comemos.
     De mi infancia en el pueblo recuerdo que a mi hermano Juan Miguel y a mí, mis padres nos llevaron a estudiar con tres años al colegio de “Las Monjas”.
Mª Roque vestida con el uniforme del Colegio San José de las Religiosas de San José de Gerona en Arjonilla
 
Mi hermano soló estuvo hasta los 6 años, porque a partir de esa edad únicamente se impartía clases para niñas. Hice mi primera comunión en el pueblo, en mayo de 1.972 con 6 años, vestida de monja. Durante los años que estuve estudiando en este colegio, recuerdo que en el tiempo del recreo bajaba con frecuencia a la clase donde estaba mi hermano de parvulitos a visitarle y casi siempre estaba castigado. Era un niño muy travieso y no dejaba de hacer trastadas. No lo podías dejar solo ni un momento porque te la liaba. A modo de ejemplo puedo decir que una vez cogió el tractor de un vecino y lo intentó poner en marcha él sólo, pero no lo consiguió porque el dueño se percató de su hazaña o en otra ocasión se subió sin que lo supiera nadie en la parte trasera de un camión de “pulpa” para los animales que estaba parado en la puerta del “Bar Ejarramantas” porque les dejaba sacos para los animales que criaban y el conductor a la salida del pueblo, cuando iba por “Los Cuatro Monetes” sintió ruido y paró el camión encontrándose que mi hermano estaba subido atrás. Luego lo trajo a casa. Además he de decir que los hijos de Paquita “la listona”, nuestra vecina, no se quedaban atrás en travesuras. Con quién más ha compartido mi hermano juegos, travesuras y castigos ha sido con su hijo Luis. A día de hoy siguen teniendo una estrecha amistad.


De izquierda a derecha: Andrés del Castillo Álvarez, Dolores Segado Rueda, Francisca Carmona Jándula, delante de ellos, Manuela Cardeña Nevado, Paquita Álvarez Carmona, Pedro Úbeda Lara, Luis del Castillo Álvarez y Rosario Tortajada Pérez. Agachados: Isabel del Castillo Álvarez y Antonio Úbeda Cardeña.

En la Virgen de la Cabeza. En la primera fila de izquierda a derecha: Francisco Carmona  Gómez y Carmen Álvarez. En la segunda fila: Manuela Cardeña Nevado, Pedro Úbeda Lara, Paquita Álvarez Carmona, Manuel del Castillo López, Francisco García Morilla, Eugenia Camons del Moral. Arriba: Andrés del Castillo Álvarez, Mari Carmona Vicaria, Manuel del Castillo Álvarez, Juan Miguel Úbeda Lara, Luis del Castillo Álvarez, Antonia Carmona Vicaria y Mª Roque Úbeda Cardeña.
 
      De la etapa nuestra en Madrid he de decir de manera resumida que mi padre estuvo trabajando en una empresa en la que mi tío Juan, también trabajaba, hasta su fallecimiento en 1.978. Nosotros estuvimos viviendo en primer lugar unos meses en Getafe y en junio de 1975 nos trasladamos a vivir a Móstoles, que es donde vivimos en la actualidad mi madre y yo. Además he de decir que otras 2 hermanas de mi madre (mis tía Ana y Toñi), también viven en Móstoles y mi tío Francisco, el único hermano de mi madre vive en Fuenlabrada.
      En 1995 mi padre pasó por tribunal médico porque tenía una enfermedad en los huesos que le generaba mucho dolor permanente y tuvo que jubilarse. Tenía que apoyarse en muletas para andar.
      El fallecimiento de mi padre se produjo el día 25 de marzo de 2014 por un infarto de miocardio provocado de manera indirecta por un cáncer que se le diagnosticó a comienzos de 2014 y del que estaba tratándose de manera satisfactoria. Nos pilló a todos por sorpresa, incluido al equipo médico que lo estaba asistiendo.
      Finalmente, de mi padre he de decir que ha sido una persona buena, familiar, trabajadora y honrada ante todo y de mi madre me expreso en términos similares. Ojalá y Dios quiera que viva muchos años y que siga sobrellevando sus “goteras” de salud por mucho tiempo como hasta ahora.
     De mis hermanos he de decir que actualmente mi hermano Juan Miguel vive en Navalcarnero y trabaja en el ámbito de la empresa privada y mi hermano Antonio, que contrajo matrimonio en Mérida (mi cuñada es extremeña) vive allí y trabaja junto con mi cuñada los dos en la Junta de Extremadura. Tienen un niño que se llama Sergio y es mi único sobrino.
     Finalmente en lo que respecta a mi persona he de decir que actualmente trabajo como Funcionaria del Estado desde julio de 1.992 en la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID). Actualmente Agencia Estatal desde 2.006, adscrita al  Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación, aunque con anterioridad era un Organismo Autónomo Administrativo.
      Antes de comenzar mi actividad profesional, cursé en primer lugar estudios de Diplomatura en la Escuela Universitaria de Estudios Empresariales y con posterioridad de Licenciatura en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid. En ambas titulaciones universitarias me especialicé en dicha Universidad en Auditoría de Cuentas.
 
 
Mª Roque tras su finalización de la Licenciatura en la
Universidad Complutense
 
 


     En 1.995 estando ya trabajando en la AECID realicé estudios de postgrado universitario de “Magister Universitario” en Cooperación al Desarrollo Económico en el Instituto Universitario de Desarrollo y Cooperación de la Universidad Complutense de Madrid.
      Durante los casi 24 años de actividad profesional he llevado a cabo tareas de control y revisión en sede y en diversos países de los gastos generados por las Unidades de Cooperación de la AECID en el Exterior, tanto correspondientes al mantenimiento de su estructura fija como en lo relativo a la gestión de Subvenciones de Estado a contrapartes locales tanto gubernamentales como no gubernamentales. Ello me ha obligado a viajar en múltiples ocasiones y asumir riesgos de contraer enfermedades porque los desplazamientos han sido siempre a países en vías de desarrollo de América Latina y de África. Afortunadamente puedo contar a día de hoy que no he tenido contratiempos importantes.


Mª Roque la primera de la derecha de pie en unas jornadas formativas en septiembre de 2005 del AECID con presencia de representantes de más de 60 países
 
      Todo lo expuesto con anterioridad son pinceladas de mi familia que renace de Arjonilla y que actualmente vive fuera. He querido describir pasajes humanos y sencillos de las vivencias surgidas durante nuestra estancia en el pueblo."

 
 

Visita familiar  al Santuario de la Virgen de la Cabeza en agosto de 2013.