viernes, 22 de abril de 2016

MIGUEL DE CERVANTES, PRIMER CRONISTA DE LA ROMERÍA DE LA VIRGEN DE LA CABEZA

 
    Al celebrarse en el día de hoy el IV Centenario de la muerte del gran escritor Miguel de Cervantes Saavedra y encontrarnos ya viviendo la Romería de este año en honor a la Virgen de la Cabeza, es oportuno recordar que Cervantes está considerado el primer cronista de la romería más antigua de España. Y ello, basado en lo que escribió sobre ella en su obra Los Trabajos de Persiles y Segismunda.
 
 
     Recogemos a continuación lo escrito por Cervantes en esta obra:

 «Me parece que será bien deciros que por ahora voy a la gran ciudad de Toledo, a visitar a la devota imagen del Sagrario, y desde allí me iré al Niño de la Guardía, y, dando una punta, como halcón noruego, me entretendré con la santa Verónica de Jaén, hasta hacer tiempo de que llegue el último domingo de abril, en cuyo día se celebra en las entrañas de Sierra Morena, tres leguas de la ciudad de Andújar, la fiesta de Nuestra Señora de la Cabeza, que es una de las fiestas que en todo lo descubierto de la tierra se celebra; tal es, según he oído decir, que ni las pasadas fiestas de la gentilidad, a quien imita la de la Monda de Talavera, no le han hecho ni le pueden hacer ventaja. Bien quisiera yo, si fuera posible, sacarla de la imaginación, donde la tengo fija, y pintárosla con palabras, y ponérosla delante de la vista, para que, comprehendiéndola, viérades la mucha razón que tengo de alabárosla; pero esta es carga para otro ingenio no tan estrecho como el mío».
     En el rico palacio de Madrid, morada de los reyes, en una galería, está retratada esta fiesta con la puntualidad posible: «Allí está el monte, o por mejor decir, peñasco, en cuya cima está el monasterio que deposita en sí una santa imagen, llamada de la Cabeza, que tomó el nombre de la peña donde habita, que antiguamente se llamó el Cabezo, por estar en la mitad de un llano libre y desembarazado, solo y señero de otros montes ni peñas que le rodeen, cuya altura será de hasta un cuarto de legua, y cuyo circuito debe de ser de poco más de media. En este espacioso y ameno sitio tiene su asiento, siempre verde y apacible, por el humor que le comunican las aguas del río Jándula, que de paso, como en reverencia, le besa las faldas. El lugar, la peña, la imagen, los milagros, la infinita gente que acude de cerca y lejos, el solemne día que he dicho, le hacen famoso en el mundo y célebre en España sobre cuantos lugares las más estendidas memorias se acuerdan».

     La gran mayoría de investigadores coinciden en afirmar que esta descripción de la romería de la Virgen de la Cabeza se debe a que el escritor estuvo presente en ella, pues las afirmaciones realizadas así lo hacen creer. Y ello es posible debido a que conocemos que estuvo por Andújar y por los pueblos limítrofes como Arjonilla, Arjona, Lopera y Marmolejo, en su labor de comisionado para el abastecimiento de las galeras reales. Esta estancia que tuvo lugar en 1592 hace creer que Cervantes estuvo presente en Sierra Morena en la romería de abril de ese año 1592. Aunque también puede deberse a lo escuchado o leído sobre ella.